jueves, 11 de enero de 2007

en el inicio, todo era oscuridad

a mis tiernos ocho años, en tercero de primaria, unos compañeros me preguntaron que qué religión tenía.
"soy atea", les respondí.
a lo que un compañero, inocente (por no decir otra palabra, era un escuincle) me preguntó: "y en esa te dejan tomar café?"

con cosas así, uno de sa cuenta de que es diferente. en algo que no sabe qué es, pero diferente. en casi 25 años de vida me he dado muchos golpes por este declarado ateísmo. claro, a los ocho años no estaba muy segura de a qué se refería eso de "ser ateo", sólo sabía que no creía en dios, y punto.

con el correr de los años me he dado cuenta de lo que realmente significa, y no dejo de aprender. de tope en tope, de caída en caída, y de levante en levante.

este pretende ser el recuento de cómo una escuincla de 25 años ha aprendido a vivir, felizmente, sin dios, ni brujas, ni demonios, ni fe.

No hay comentarios.: